El lince ibérico es un felino de tamaño mucho mayor que un gato doméstico. Se caracteriza por su aspecto robusto, sus patas largas y su cola corta con una borla negra en el extremo y que suele mantener erguida batiéndola en momentos de peligro o excitación.
Sus orejas están rematadas por unos característicos pinceles compuestos por pelos negros rígidos cuya finalidad posiblemente sea la de descomponer la redonda silueta de su cabeza, favoreciendo de este modo su mimetismo.
También son características las patillas que cuelgan de sus mejillas y que aumentan progresivamente de tamaño con la edad. Los jóvenes de pocas semanas carecen de patillas y casi de pinceles y en los individuos de un año ya aparecen las patillas, aunque cortas, que apenas cuelgan por debajo de la barbilla. Los machos tienen las patillas más largas que las hembras.
Su coloración varía de pardo a grisácea con los flancos moteados de negro. Existen tres patrones de pelaje:
- Mota fina: con numerosas manchas de pequeño tamaño y repartidas uniformemente y de manera densa, que tienden a concentrarse en los flancos laterales.
- Mota gruesa A: Las manchas son de mayor tamaño y tienen cierta tendencia a diisponerse en líneas, apareciendo dos o más parejas de motas de mayor tamaño a nivel de los hombros.
- Mota gruesa B: Las motas son del mismo tamaño que en la mota gruesa A, pero no se aprecia ninguna ordenación específica ni las manchas de los hombros.
Los individuos adultos presentan un claro dimorfismo sexual en su tamaño y la longitud de los penachos de las orejas y de las patillas. Sin embargo, machos y hembras son muy similares en tamaño durante el primer año de vida.
Las plantas de sus patas son anchas y almohadilladas y le permiten desplazarse silenciosamente.
El lince ibérico se encuentra exclusivamente en zonas muy restringidas de España y Portugal.
El hábitat principal del lince ibérico lo constituyen las áreas de bosque mediterráneo bien conservadas, aisladas de la actividad humana y con abundante matorral.
El tamaño del territorio está condicionado por la abundancia de presas potenciales, pero como media ocupa unos 10 kilómetros cuadrados. En zonas ricas en alimento, el territorio del lince será algo menor que en zonas pobres. Dentro de este territorio suelen existir distintas zonas vitales para el lince como las zonas de monte bajo para el descanso y las zonas de campeo donde el lince estará en activo y que coinciden con las de máxima densidad de conejos.
Actualmente los núcleos mejor conservados se limitan a Sierra Morena Oriental, Montes de Toledo Orientales y Doñana. También hay poblaciones reducidas en Sierra de San Pedro y Sierra de Gata, Sierra Morena Central y Occidental y algunos puntos de las Sierras Béticas de Jaén y Granada.
El lince ibérico es el único carnívoro considerado como especialista en conejos. Esta especie le aporta del 80 al 90% de su alimentación. También consume anátidas, ungulados, perdices, micromamíferos y aves. La aparición de estas presas en su dieta depende de la época del año, de la disponibilidad de presas y de la zona. En la mayoría de los casos, vive de manera solitaria y nómada, mostrándose más sociable en la época de celo.
Es un ágil cazador. Se aproxima sigilosamente a la pieza y salta sobre ella con rapidez. Menos frecuentemente espera oculto a que pase cerca una pieza.
Cuando las temperaturas máximas aumentan, los linces pasa más tiempo descansando, al contrario que con las precipitaciones. Los linces juveniles son básicamente crepusculares y diurnos, con un aumento de su actividad nocturna después de su primer año de vida.
Durante el invierno, los linces pueden tener actividad durante las 24 horas del día, contrastando con sus hábitos casi estrictamente nocturnos en verano.
El celo comienza entre enero y febrero, adelantándose en regiones meridionales. El lince es un animal de hábitos solitarios, aunque en esta época del año suele permanecer con su pareja. Las madrigueras se hacen en lugarse bien protegidos y escondidos como roquedos, árboles huecos, etc.
La gestación dura 62 ó 63 días, tras la cual la hembra pare una media de 2 crías. Es la madre la que se hace cargo de los pequeños. A las cuatro semanas suele cambiar de madriguera, y a los dos meses las crías son capaces de acompañar a su madre en las cacerías.
En otoño comienza la fase de dispersión, durante la cual los individuos juveniles abandonan el territorio natal. Su capacidad de dispersión puede llegar a ser considerable, atravesando zonas de regadío o plantaciones de eucalipto. A pesar de esto, es demasiado frecuente que estos jóvenes se encuentren con numerosas barreras infranqueables como carreteras, pozos, cepos y lazos, y no lleguen a su destino.
El lince ibérico alcanza su madurez sexual al año y medio de vida y llega a vivir de 10 a 15 años.
El lince ibérico se declaró especie protegida en 1966. Es el felino más amenazado del mundo.
De las 31 zonas en las que habitaba el lince en 1960, solamente quedan linces en 8. La evolución de la distribución de la especie ha sido claramente regresiva. Sólo en puntos muy concretos parece que la especie se ha mantenido en buen estado.
El lince ha ido perdiendo territorio debido generalmente a las infraestructuras humanas, y por tanto las poblaciones se han ido separando paunatinamente unas de otras hasta llegar a estar totalmente incomuncadas, fragmentadas y aisladas por barreras de distintos tipos que impiden el intercambio genético entre poblaciones. Éste es uno de los problemas actuales más importantes para la conservación de la especie.
Además de la fragmentación de las poblaciones, se enfrenta a otros problemas, como los siguientes:
- El descenso de las poblaciones de conejo por enfermedades como la mixomatosis o la neumonía hemorrágico-vírica.
- La pérdida de su hábitat, típicamente de zonas de cobertura vegetal densa y baja densidad humana, a la que han afectado también las repoblaciones con especies de crecimiento rápido (pino, eucalipto) que evitan la proliferación de matorral, así como la ganadería intensiva con la consiguiente sobre-explotación del estrato herbáceo, que limita las poblaciones de conejos.
- La caza indirecta y los métodos no selectivos de caza, como los cepos y lazos.
- Barea, J.M. y Ballesteros, E. 1999. "Carnívoros ibéricos". Colegio Oficial de Biólogos de Andalucía.
- Cabrera, Ángel. 1914. "Fauna ibérica. Mamíferos". Museo Nacional de Ciencias Naturales.
- Castell, A. y Mayo, M. 1993. "Guía de los mamíferos en libertad de España y Portugal". Ed. Pirámide.